El flúor es capaz de dañar los dientes, los huesos, el
cerebro e incluso las células del sistema reproductivo masculino. Los efectos
en estos órganos son mayores entre más flúor se consuma. Aún en bajas
concentraciones, el flúor podría generar efectos, no evidentes, que predisponen
al individuo a un daño mayor.
Uno de los mayores riesgos
que tiene el flúor, es que se trata de un bio acumulador persistente, y
está entrando en grandes cantidades en las cadenas de alimentos y bebidas para
los seres humanos. No solo recibimos grandes cantidades en el agua y en la pasta
dental, si no que todas las bebidas embotelladas, los alimentos procesados y deshidratados
hechos con agua fluorada, contienen cantidades concentradas de flúor, desde
fórmulas para bebes, bebidas sin alcohol, jugos, cereales, sal, té, vinos, cervezas.
Uno de los mayores problemas es el de los dentífricos fluorados para niños, los
cuales se lo tragan en vez de escupirlo, por lo que en la actualidad se
aconseja a los padres que no de un
dentífrico fluorado antes de los tres años de edad, y si lo hace que usen una
cantidad de pasta que sea igual a una lenteja.
El fluoruro de sodio no orgánico, utilizado para fluorar el
agua y la sal es totalmente soluble en la misma. Cuando tenemos exceso de él,
no lo podemos eliminar y nos envenenamos. Además de ser el principal
ingrediente de los venenos para ratas y cucarachas, también es uno de los
principales ingredientes de fármacos anestésicos, hipnóticos y psiquiátricos,
así como del gas neurotóxico para uso militar.
Muchos países desarrollados de Europa han prohibido o
rechazado la adición de flúor a sus suministros de agua. En lo que respecta a
los países de habla hispana, la mayoría de estos actualmente fluorizan los
suministros de agua potable o la sal y muchos ni siquiera sabemos cuando entro
en vigor este plan en nuestros países. En México, por ejemplo, ahora existe una
norma producida por la Secretaria de Salud Federal, con la cual se permitirá
vender agua envasada con un contenido de flúor al doble de lo antes permitido.
Esta norma fue producida en la Ciudad de México por un grupo compuesto por la
Secretaría de Salud, el IPN y 19 empresas particulares envasadoras de agua o
productoras de hielo.
Aparte del agua potable y la sal fluorada, las fuentes más
comunes de exposición al fluoruro son las pastas dentífricas, los enjuagues
bucales y los suplementos dietéticos. El
Ministerio de Salud de Bélgica decidió retirar del mercado productos como
tabletas, enjuagues bucales, chicles, comprimidos y gotas con flúor, que
aconsejan los dentistas para prevenir las caries, y que son de venta libre en
Bélgica, al considerar que su ingestión podría tener "una influencia
negativa sobre la salud".
La prohibición estuvo basada en un estudio que encontró que
el exceso de flúor puede producir envenenamiento, dañar el sistema nervioso y
aumentar la fragilidad ósea que produce la osteoporosis.
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