lunes, 9 de marzo de 2015

Hablemos sobre la terapia floral.

Las esencias florales son preparados de flores silvestres cuyas propiedades terapéuticas fueron descubiertas por Edward Bach, médico bacteriólogo y homeópata galés. La Organización Mundial de la Salud las autorizó en 1976, recomendando asimismo su uso a los países miembros.
Cada esencia floral se corresponde con determinados rasgos de personalidad, actitudes y emociones del ser humano. Sus enunciados nos hablan de respuestas puntuales o modos de ser característicos cuyo exceso enferman al individuo.
Una vez que nos damos cuenta de cuáles son esos modos recurrentes de pensar, sentir u obrar, que son la causa de la no armonía psico-física, se buscan las esencias florales que cubren esos desequilibrios y se prepara la fórmula floral apropiada en cada caso particular. Como remedios, se dirigen a los conflictos internos, tensiones, bloqueos emocionales y problemas físicos resultantes. Ayudan a superar las dificultades yendo directamente a la raíz del desequilibrio.
En qué consiste y cómo actúa el tratamiento:
Las esencias florales son remedios vibracionales, patrones de energía vital que al entrar en contacto con cualquier ser viviente penetran por sus meridianos energéticos y transforman la falta de armonía en un flujo firme y parejo de energía.
Sus efectos pueden percibirse a través de ciertos cambios, pensamientos, tomas de conciencia o insights a los que el paciente puede llegar durante el tratamiento. Amplían la capacidad de autoobservación, lo que facilita el desarrollo de nuestras potencialidades y recursos. También pueden darse catarsis y cambios emocionales, por lo que lo ideal es que el tratamiento vaya acompañado de sesiones de psicoterapia que le ayuden a atravesar e integrar el proceso.
No presentan contraindicaciones ni efectos secundarios y son compatibles con cualquier otro tipo de medicación.
Elizabeth Vargas.-Terapeuta floral.

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